Portazo de Marlaska a policías y guardias civiles que denuncian el homenaje a Parot, asesino de 39 personas

Fernando Grande-Marlaska Henri Parot
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El secretario de organización del sindicato de la Policía Nacional Jupol, mayoritario en el Consejo de la Policía, Aarón Rivero, y Ernesto Vilariño, secretario general de la Asociación Profesional de la Guardia Civil, Jucil afirman que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, no ha querido recibirles, impidiéndoles de esta forma trasladar «tanto el malestar de las víctimas del terrorismo como de los integrantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado» por el homenaje al sanguinario Henri Parot, un hecho que, «más allá de la libertad de expresión, cuando menos roza el enaltecimiento del terrorismo».

Jucil y Jupol sí se han reunido este lunes con el delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso, para trasladarle su crítica a la celebración de un homenaje al sanguinario etarra Henri Parot, asesino de 39 personas y autor del atentado contra la casa cuartel de Zaragoza. Los agentes han pedido «que ponga todo su empeño y medie para que no se realice este homenaje con el que se pretende reconocer y ensalzar la capacidad de odio de un asesino que ha dejado un reguero de sangre y terror», ha dicho Rivero.

Itxaso, no obstante, ha rechazado tomar medidas contra este acto, alegando que el Gobierno no tiene competencias.

«Nos ha comentado que entiende, incluso posiblemente comparte nuestra posición, pero que la delegación del Gobierno carece de competencias, ya que le corresponde al Gobierno Vasco», ha afirmado por su parte el secretario general de Jucil, Ernesto Vilariño. Ambos han agradecido a Itxaso el «gesto» de recibirles, pero han coincidido en que la reunión se ha celebrado en un ambiente de frialdad.

«Da la impresión de que se pretende borrar, o cuando menos silenciar, el pasado sangriento de la banda terrorista ETA y le hemos indicado la necesidad de que se legisle para evitar gestos que causan el malestar de las víctimas y de sus familiares junto con la indignación de numerosos ciudadanos», ha señalado el representante de los guardias civiles.

Enaltecimiento 

Desde Jupol y Jucil se ha expresado el total rechazo a esta convocatoria, al considerar que este acto podría incurrir en un delito de enaltecimiento y apoyo a uno de los más sanguinarios miembros de la banda terrorista ETA.

Policías y guardias civiles destacan que el homenaje busca humillar a las víctimas y a sus familias, entre las que se encuentra muchos compañeros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

«Los organizadores de esta concentración están deslegitimados al querer enaltecer y poner en valor las hazañas de un asesino de niños, socavando con esta acción los principios elementales de nuestra sociedad democrática. Pedimos a las instituciones que tomen cartas en el asunto, evitando así el sufrimiento de las familias, víctimas del zarpazo de esta violencia extrema y que ahora estos mismos asesinos buscan, desde los grupos abertzales erosionar y minar la legalidad vigente», ha dicho Vilariño.

«Si finalmente se realiza el homenaje, autorizado por el Ayuntamiento de Mondragón asistiremos al reconocimiento público de que, aunque ETA haya dejado las armas por la presión de policías nacionales y guardias civiles, las ideas que llevaron a los etarras a matar son palpables y asumidas en la actualidad por una parte de la población del País Vasco», ha añadido Rivero.

Estas organizaciones no descartan acciones legales para depurar las consiguientes responsabilidades, si el acto finalmente se celebra. Afirman que el homenaje vulneraría la Ley de Reconocimiento y Protección Integral de las Víctimas del Terrorismo. Además, Jucil denunciará ante la Fiscalía General del Estado esta convocatoria y pedirá que se prohíba su celebración.

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias anunció en marzo el traslado de Henri Parot a una prisión más cercana al País Vasco.

Parot, uno de los miembros más sanguinarios de ETA, formó parte del comando itinerante ‘Argala’ y fue detenido en abril de 1990 en Sevilla mientras transportaba una furgoneta cargada con 300 kilos de explosivos. De origen francés, fue uno de los principales objetivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Cinco niñas

Se trata del miembro de ETA que propició la conocida como ‘doctrina Parot’, establecida por el Tribunal Supremo en 2006 y que determinó que los beneficios penitenciarios se aplicaran individualmente sobre cada una de las penas por las que hubieran sido condenados, y no sobre el límite máximo de estancia en prisión de 30 años.

El rastro de terror de Parot incluye atentados como el de la casa-cuartel de Zaragoza en 1987, que dejó 11 víctimas mortales –cinco de ellas niñas– mediante la colocación de un coche bomba cargado de explosivos.

Henri Parot ingresó en prisión el 7 de abril de 1990 y cumple condena acumulada de 41 años por los delitos de asesinatos, atentados, estragos, lesiones y terrorismo. Cumplió las tres partes de la condena en febrero de 2020 y, según Prisiones, «acepta la legalidad penitenciaria».

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